jueves, 17 de diciembre de 2015

ELEGIR MIS ZAPATILLAS

Correr está de moda. Para ser más exactos, diría que el “running” está de moda, y no es una aclaración banal, puesto que ser “runner” conlleva unos comportamientos, inquietudes, perfil psicológico y de consumo completamente diferentes a los del clásico “corredor sin más”.
La sociedad de consumo nos invade, engullendo todo lo que se le pone por delante, y el deporte no iba a ser menos. Para el mercado, no debe existir área de nuestra vida que permanezca al margen del consumismo, no debe quedar terreno “virgen”. El running es el resultado de la metamorfosis de una disciplina en la que los bolsillos cortos se encontraban cómodos: ahora es la “reina del postureo”. Y ¿qué significa eso?: euros que se mueven, muchos euros…
De todo el equipamiento del corredor, la zapatilla es la joya de la corona. El marketing de las grandes empresas, en su dura competencia por el mercado, crea mitos y pseudoconocimientos que no siempre se corresponden con la realidad, y cuya confirmación científica en la mayoría de los casos, aún está pendiente.
El potencial del calzado en el rendimiento deportivo es limitado. No podemos atribuir proezas a este complemento, ni demonizarlo para hacerle responsable de fracasos, salvo en casos extremos. No existe la mejor zapatilla para correr, puesto que es imposible que un calzado albergue propiedades con las que cumpla al 100% todos los objetivos deseables, ni que se adapte a todos los usuarios.
Pero, ¿qué debe perseguir el diseño de una zapatilla de correr? A grandes rasgos, todos lo tenemos claro: mejorar el rendimiento y disminuir el riesgo de lesiones. Desgraciadamente, este binomio es a menudo contradictorio, por lo que la solución pasa por encontrar para cada corredor, un equilibrio razonable entre ambas cuestiones, según su peso, disciplina, hábitos deportivos, entorno en el que se entrena, morfología del pie y tipo de pisada.
Un concepto clave para entender la influencia de las distintas características del calzado en nuestra práctica deportiva, es el de la “Ley de Selye” o “Síndrome general de adaptación”, según el cual un órgano se atrofia si lo estimulamos insuficientemente, se mantiene con un estímulo suficiente, se adapta y desarrolla con un estímulo adecuado (entiéndase como algo superior a “suficiente”), y se lesiona si el estímulo es excesivo.
Aplicando este concepto al calzado, entenderemos que un calzado demasiado protector puede provocar la atrofia y debilitamiento de estructuras vitales para el correcto funcionamiento y arquitectura del pie. Sin embargo, el uso de calzado sin protección, puede exceder los límites del sistema musculoesquelético y provocar una lesión. Cada persona, en función de sus características peculiares y sus hábitos, necesitará un mayor o menor grado de protección en el calzado.
En este punto, me gustaría invitaros a reflexionar acerca de uno de los argumentos más utilizados por los defensores del minimalismo: aquél que hace referencia a nuestro pasado más primigenio, cuando supuestamente no llevábamos zapatillas de deporte, corríamos y aún así, no nos lesionábamos. Bien, este argumento está basado sobre una falacia: la de asumir que el hombre primitivo se desplazaba corriendo. Al contrario, la forma natural de desplazarse de los humanos siempre ha sido caminando, excepto claro está, para cazar o para huir. Sin embargo, ningún animal fue tanto tan codiciado como para correr tras él más de 5 minutos, ni ningún ser humano sobrevivió el mismo tiempo tratando de huir de ningún depredador. En resumen, que si nos ceñimos a lo que la naturaleza nos ha aportado, nos tendremos que conformar con caminar y como mucho, hacer algún sprint cortito sin grandes exhicibiciones.
Pero bueno, dejemos la filosofía para otro momento. Sospecho que de conjeturas y teorías paleolíticas estamos saciados. Vamos a tratar de realizar un análisis crítico de lo que es importante en una zapatilla, y como nos influye a nosotros, los sacrificados corredores:

  • CALCE
Hace referencia al grado de ajuste del calzado a nuestro pie.
Como sabemos, no hay dos pies iguales (ni siquiera para una misma persona). El ancho del antepie, el tamaño de los dedos, la altura del puente, las prominencias óseas… son completamente diferentes de una persona a otra. Sin embargo, el único parámetro de ajuste del calce de todos los modelos de zapatillas del mercado se adaptan únicamente a la longitud (la talla), asignando un ancho y morfología de horma concretos para cada talla. Los cordones son el único elemento que nos permite ajustar un poco más el calzado a nuestra morfología personal.
El zapato debe quedar más holgado en la puntera, estar más sujeto en el empeine y ajustar bien en el talón, sin comprimir. Debe asegurar la solidaridad pie/plantilla tanto en fase de carga como de descarga.

  • FLEXIBILIDAD
Hace referencia tanto a las características del corte (parte superior de la zapatilla) como a la suela.
El corte ha de ser suficientemente flexible para garantizar un mejor calce, pero sin llegar a comprometer la solidaridad entre el pie y la plantilla.
La suela, por su parte, ha de garantizar una correcta adaptación al suelo que genere una mayor seguridad en la pisada, pero sin dejar sin protección al pie. Hemos de tener en cuenta que durante la fase de impulsión, el pie está sometido a fuerzas de magnitud considerable que tienden a aplanar el arco plantar, y a las que se oponen el Tibial posterior, parte de la musculatura intrínseca del pie y las fascia plantar. Por ese motivo, en pies débiles o ante cargas de entrenamiento muy elevadas, es recomendable utilizar suelas menos flexibles. Todo ello, teniendo en cuenta que cierto grado de flexibilidad es necesario para entrenar el pie y mantenerlo saludable (recordemos la “Ley de Salye”).
La flexibilidad también está implicada en el rendimiento. Cuanto mayor deformación sufra el zapato con cada pisada, mayor energía se estará disipando y no podrá utilizarse para desplazar nuestro centro de gravedad en dirección a la meta. Una suela rígida, nos aportará un brazo de palanca mayor y ofrecerá a la musculatura flexora plantar y extensora de la pierna una relación de transmisión mayor.

  • FRICCIÓN
Es una de las características en las que la dualidad rendimiento/riesgo de lesión se hace más patente. La tracción alta asegura una buena aceleración y cambios de dirección y ritmo rápidos. Sin embargo, un coeficiente de fricción muy elevado supone una elevada carga para nuestros músculos, tendones, ligamentos y huesos.
La importancia de esta dualidad es mayor en carrera sobre terrenos irregulares, donde tengamos que evitar obstáculos, mantener el equilibrio y cambiar súbitamente de dirección. Es preferible patinar un poco a sufrir un esguince. Pero que para ese patinado sea controlado, la zapatilla debe proporcionar una buena tracción en carrera y un deslizamiento controlado en determinadas direcciones. Para eso se utilizan suelas de cantos vivos en la parte trasera, y romos por la parte delantera. Además, es deseable una alta fricción longitudinal, pero combinada con una baja fricción rotacional, que evite lesiones al pivotar sobre los pies.

  • AMORTIGUACIÓN
Su objetivo es reducir las fuerzas de impacto que se generan al incidir el talón contra el suelo.
Se ha defendido clásicamente la idea de que las fuerzas de impacto elevadas podrían estar relacionadas con la aparición de lesiones cartilaginosas, fracturas de estrés y tendinitis. Sin embargo, no existe evidencia científica que relacione la intensidad de las fuerzas con la frecuencia de lesiones. Si bien, la ausencia de evidencia no significa que tal relación no exista. Lo que sí se ha demostrado es una mejoría respecto a términos de confort, aunque el confort es algo no necesariamente saludable en todos los casos.
Además, la amortiguación excesiva disminuye la cantidad de información propioceptiva y respecto a las características del suelo que nuestro sistema nervioso es capaz de recoger, lo que podría traducirse en una mayor inestabilidad. Aunque también es verdad que esto queda por demostrar.
También hemos de tener en cuenta que el exceso de amortiguación está ligado a un menor control del movimiento, ya que los sistemas de amortiguación son por definición deformables y, por tanto, poco estables. Además tienden a incrementar el coste energético, puesto que parte de la energía que imprimimos en cada pisada se disipa en la deformación. Aunque no está claro que realmente esa pérdida de energía llegue a traducirse en una merma del rendimiento.
Al margen de estas cuestiones, debemos tener en cuenta también las características del individuo, ya que a mayor peso mayor necesidad de amortiguación, basada en materiales más rígidos (ya que si la suela es demasiado blanda, los materiales pueden llegar a agotarse, permitiendo que el talón choque contra el suelo).

  • CONTROL DEL MOVIMIENTO (“MOTION CONTROL”)
Con este parámetro, abordamos una de las cuestiones que para mi entender, están más absurdamente de moda: la pronación.
Ésta consiste en un derrumbamiento del pie hacia la zona interna del mismo. Al correr, los tobillos tienden a inclinarse hacia dentro. Supone la rotación hacia el interior del pie justo después que aterrice en el suelo. 
La pronación es un efecto fisiológico y necesario con el que el pie disipa parte de la carga que recibe en cada paso para adaptarse a las irregularidades del terreno, si no fuera por ese movimiento pronatorio nuestros pies sufrirían lesiones. Al caminar o correr, la pronación ayuda a suavizar el impacto del contacto inicial. Sin la pronación, todo el impacto de cada paso sería transmitido a la parte superior de las piernas y afectaría la mecánica normal de las extremidades inferiores. Además de actuar de amortiguador de impactos, la pronación también ayuda al pie a ‘reconocer’ sobre qué tipo de superficie estamos estabilizando y ajusta el pie al tipo de terreno.
Hablamos de sobrepronación, cuando esa pronación está aumentada por encima de los parámetros fisiológicos. En ese caso el peso se transfiere al interior o zona medial del pie y, mientras el corredor avanza, la carga es soportada por el borde interno. Esto desestabiliza el pie, por lo que intentará recuperar estabilidad compensando con un movimiento de rotación interna. En una especie de reacción en cadena, esto afecta la eficiencia biomecánica de la pierna, especialmente la rodilla y la cadera.
Las zapatillas de un ‘sobrepronador’ muestran un desgaste extra en todo el talón y en la cara interior de la puntera, especialmente a la altura del dedo gordo del pie.
Estos corredores sí necesitan una corrección en su calzado, que evite la sobrecarga de estructuras y la aparición de lesiones.
Igualmente, los supinadores requieren de corrección. La supinación, también conocida como infrapronación, se da cuando el pie no prona lo suficiente. El borde lateral del pie golpea el suelo con un ángulo mayor. Esta carga lateral del pie se prolonga durante toda la fase de apoyo del ciclo de pisada, afectando la eficiencia de carrera. Se trata de un pie muy estructurado y con poca movilidad con una bóveda plantar aumentada y el tobillo hacia fuera.

Esta alteración es poco frecuente; aproximadamente el 10% del total de corredores son supinadores. Los supinadores usualmente desgastan las zapatillas en la zona exterior del talón y la parte superior puede estar desplazada, e incluso deformada, hacia el lateral exterior.
Sin embargo, la escasa incidencia de la supinación, hace que la mayoría de los sistemas estén adecuados para pronadores (aunque recordemos que su uso actual es excesivo, llegando a ser utilizadas por corredores que mantienen una pronación completamente fisiológica).
Además de un contrafuerte rígido, muchos fabricantes han desarrollado suelas de doble densidad, en las que la entresuela en la zona medial desde el talón hasta la cabeza del primer metatarsiano es más rígida. Otros fabricantes han añadido cuñas que sitúan al pie en un ligero varo. Es fácil deducir el daño que el uso de estas tecnologías en corredores con una pisada normal (no hiperpronadora) puede generar.

  • SISTEMAS DE TORSION
Estos sistemas fueron patentados por ADIDAS, y perseguían disociar el antepie del retropié, para evitar que al adaptarse al terreno el antepie “arrastrase” al retropié, tratando de disminuir la pronación y los posibles esguinces que se generasen al pisar sobre terrenos irregulares.
Su principal problema técnico es que es difícil conservar cierta resistencia a la flexión longitudinal en la zona del puente, la cual es imprescindible para favorecer la impulsión y descargar la musculatura intrínseca del pie, que puede verse desbordada ante acciones explosivas.
La presencia de líneas de flexión en la zona posterolateral del talón, así como una entresuela más blanda en esa zona, puede contribuir a reducir el brazo de palanca de la fuerza de reacción del suelo con respecto al tobillo en el momento del impacto, contribuyendo a la estabilización del tobillo.

La línea de los metatarsianos deberá tener mayor  o menor flexibilidad según el terreno y la disciplina practicada. En general, una mayor flexibilidad permitirá más naturalidad a la pisada, pero en el caso de sprints, marchas largas o con carga adicional, las zapatillas habrán de ser más rígidas a este nivel para evitar una sobrecarga de la musculatura intrínseca.
En resumen:
Un entrenamiento adecuado es mucho más importante que unos zapatos con la última tecnología.
Es importante mantener en forma los pies, sin sobreprotegerlos en situaciones de baja solicitación (para estimularlos y reforzarlos), y protegiéndolos con el calzado adecuado cuando sea necesario.
Es importante tener en cuenta las características personales del corredor.
Cada actividad requiere un tipo de zapatilla.
Por desgracia, hoy por hoy no podemos conocer con exactitud las características del calzado en el momento de la compra, por lo que conviene tratar de informarse previamente. En muchas ocasiones, tendremos que hacer valer nuestra propia experiencia e intuición.


Dra María José Pozo García.
Médico Especialista en Cirugia Ortopédica y Traumatología.
Experto Universitario en Entrenamiento Deportivo.

  • Clínica Milenium. Córdoba. Privados, Sanitas, Mapfre, Caser. 957414162.
  • Clínica Parejo y Cañero. Puente Genil. Privados, Sanitas, Adeslas, DKV, Caser, Mapfre, Asisa. Para otras compañias, consultar. 957602026.
  • Instituto Médico Palmeño. Privados, Sanitas, Adeslas, Asisa, Divina Pastora, Caser. Para otras compañías, consultar. 957053353

Fuentes: Biomecánica básica aplicada a la actividad física y el deporte (Editorial Paidotribo). www.delgadotrauma.com

LESIONES MUSCULARES

En la práctica deportiva, las lesiones musculares tienen un protagonismo indiscutible entre aquellas situaciones que suponen un obstáculo en el correcto desarrollo del deportista, con las implicaciones físicas, psicológicas y de rendimiento que ello supone. Además, dependiendo de la disciplina, hasta el 16-20% de ellas son lesiones recurrentes.

Existen múltiples sistemas de clasificación de estas lesiones, pero todos ellos tienen en cuenta las dimensiones de la lesión, es decir, el porcentaje de fibras musculares rotas respecto al total del vientre muscular. La forma más precisa de calcular este porcentaje es mediante estudios de Resonancia Magnética.
El manejo inicial de toda lesión muscular, independientemente de su grado, comprende las medidas clásicas que incluyen:
  • Reposo.
  • Hielo.
  • Compresión.
  • Elevación.
  • Analgesia.
A partir de la primera semana, debe iniciarse un protocolo progresivo de rehabilitación, que se adaptará a las características de la lesión.
Sin embargo, existen ciertas lesiones que precisarán de un tratamiento quirúrgico precoz, como son aquellas que afectan a más del 50% del grosor del vientre muscular, sin musculatura agonista, las desinserciones completas de determinados músculos o las avulsiones óseas, y los casos crónicos, en los que el deportista refiere dolor mantenido tras 6 meses de tratamiento correcto.
La rehabitación de cualquier lesión muscular ha de estar basada sobre la evidencia científica, el conocimiento de la biología muscular, la anatomía, estructura, histología y función del grupo muscular afectado, el mecanismo lesional y del proceso natural de reparación muscular.
Toda lesión muscular sigue un proceso regenerativo posterior que incluye tres fases:
  • Destrucción del tejido lesionado.
  • Reparación mediante la formación de un tejido cicatricial.
  • Remodelación y recuperación de las propiedades elásticas y contráctiles del nuevo tejido.
Estas fases ocurren de forma solapada en el tiempo, no habiendo acabado una cuando comienza la siguiente. El tratamiento fisioterápico correcto ha de perseguir aumentar la 3ª fase y limitar la 2ª, para intentar disminuir en lo  posible la formación de tejido cicatricial.
Los ejercicios que el deportista ha de realizar para perseguir estos objetivos, tras una fase primera de recuperación pasiva, comenzarán siendo de menor complejidad, de tipo analítico, para posteriormente evolucionar hacia ejercicios que impliquen cadenas cinéticas y mayor complejidad, dejando la práctica deportiva de su especialidad para la última fase de su recuperación.
En la prevención de las lesiones musculares, juegan un papel fundamental los estiramientos, el entrenamiento excéntrico, ejercicios propioceptivos, ejercicios de estabilización del core, y ejercicios de agilidad y coordinación (como el protocolo FIFA 11, en el caso de los jugadores de fútbol).
En resumen, hay que tener en cuenta que las lesiones musculares suponen un amplio espectro de posibles lesiones, de distinta gravedad y candidatas a tratamientos diferentes, pero que todas ellas han de ser evaluadas y tratadas en primer lugar por un traumatólogo, para que posteriormente intervenga el fisioterapeuta. Cuando el jugador tenga el alta médica, habrá de ponerse en manos del readaptador físico y por último, el entrenador supervisará su entrenamiento.

PLASMA RICO EN PLAQUETAS: EL PODER CURATIVO DE LA NATURALEZA

Los términos "Plasma rico en Plaquetas" o "Plasma rico en Factores de Crecimiento" suenan actualmente en todos los rincones, sobre todo en el ámbito deportivo, como solución eficaz, inocua y revolucionaria para el tratamiento de lesiones de partes blandas con mala respuesta a las terapias clásicas, así como también se presentan como importantes coadyuvantes en el abordaje de determinados procesos osteoarticulares, de tipo degenerativo o traumático.

Sin embargo, la información que los profesionales ofrecen a los pacientes, es en muchas ocasiones escasa, quedando lagunas importantes respecto a la naturaleza de la sustancia que se utiliza, las características del procedimiento y el mecanismo de acción por el que ejerce su función.
¿Que es el plasma rico en plaquetas?
El Plasma Rico en Plaquetas se obtiene directamente de la sangre de cualquier individuo, a partir de un proceso mixto físicoquímico. En primer lugar, se somete la muestra a un proceso de centrifugado de duración y velocidad estandarizadas, obteniendo como resultado tres sustancias: Plasma Rico en Plaquetas (en adelante PRP), Plasma Pobre en Plaquetas y células rojas. Sólo la parte primera -PRP- nos será útil para estos procedimientos. Posteriormente, se procede a la manipulación química de la sustancia, mediante la adición de Cloruro Cálcico, que consigue provocar la "desgranulación" de las plaquetas, o lo que es lo mismo, consigue que las plaquetas liberen las proteínas -factores de crecimiento- que portan en su interior, y que están implicadas en los procesos reparativos naturales del organismo.
¿Por qué funcionan?
Numerosos estudios han demostrado las propiedades antiinflamatorias y reparativas del PRP, que generan un mejoría sintomatológica en la mayoría de los pacientes, y en muchas ocasiones, una mejoras de las lesiones a nivel de tejido. Para que estas ventajas aparezcan, el diagnóstico ha de ser acertado, la indicación correcta, y el proceso de preparación y administración al paciente, pulcros y según estándares.
Es en este último punto donde tienen el origen la mayoría de los malos resultados que se presentan en la actualidad. Es cierto que existe una cierta tendencia a sobreindicar la terapia con PRP, sin tener en cuenta que existen procesos en los que no se ha demostrado absolutamente ninguna mejoría con este tratamiento, así como una falta de rigor en su preparación y aplicación. 
¿Cuál es la naturaleza del procedimiento?
Cuando acuda a su médico, éste obtendrá sangre desde una vena periférica de la que obtendrá su propio PRP. Posteriormente al proceso de preparación, le aplicará mediante una punción la sustancia en el tejido o articulación candidatos a tratamiento.
Debe tenerse en cuenta que el PRP es una sustancia extremadamente frágil, a la que la agitación, los cambios de temperatura o el simple paso del tiempo deterioran, haciendo inútil e ineficaz el procedimiento. Además, no hay que olvidar que todo procedimiento invasivo -las infiltraciones lo son- implican riesgos que son poco frecuentes, pero reales, sobre todo de naturaleza infecciosa, que pueden tener consecuencias fatales si no son debidamente diagnosticados y tratados a tiempo.
Es por eso que si usted tiene una lesión que piensa que podría beneficiarse de este tratamiento, debería consultar con su traumatólogo. Es el profesional que le aconsejará sobre la adecuación o no de esta sustancia a su problema, el único autorizado para realizar estos procedimientos a nivel músculoesquelético, y que además, está capacitado para realizar una técnica adecuada y pulcra, así como para hacerse responsable, diagnosticar y tratar las posibles complicaciones que pudieran presentarse.
En nuestro caso, estamos en CLÍNICA SUMASALUD. Camino del Fisico, 1. 41400, Écija. Tfno: 695212509.
Si el dolor le impide realizar su actividad deportiva habitual, merma su rendimiento o le limita en su vida diaria, no dude en consultarnos.

LO QUE TUS GENES DICEN DE TI

Seguro que muchos de vosotros os preguntáis:

-¿Por qué estoy agotado después del entrenamiento de ayer si mi compañero está ya recuperado y con ganas de más?
- ¿Por qué a pesar de hacer deporte y cuidar mi dieta no logro alcanzar el peso que deseo?
- ¿Por qué no alcanzo mis objetivos deportivos si entreno todo lo que puedo?

La respuesta está en los genes. Resulta que la heredabilidad de cuestiones como la masa corporal, la capacidad de recuperación tras el entrenamiento o el potencial aeróbico de cada uno de nosotros es más alta de lo que nos gustaría. Sin embargo, las recomendaciones generales para la población, están basadas en medidas estadísticas, que son válidas para la mayoría de la población: pero es que cada uno de nosotros, somos peculiares en algo: talla, color de ojos, tipo de pelo, color de piel... y también, en nuestra capacidad antioxidante, tendencia a las lesiones, sensibilidad a las grasas de la dieta...

Actualmente, es posible conocerse mejor mediante estudios genéticos que determinan nuestras variantes para genes clave en dichos procesos. Conociendo nuestra condición genética, podemos mejorar, ya sea mediante adaptaciones de nuestra dieta o cambios en nuestro tipo de entrenamiento.

Si quieres saber más sobre nutrigenética y genética deportiva, dirígete a nuestra consulta. Podemos asesorarte respecto al test que deberías realizarte, explicarte tus resultados y darte indicaciones respecto a los cambios de vida que deberías llevar a cabo para alcanzar tus objetivos.


Dra María José Pozo García.
Médico Especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología.
Experto Universitario en Entrenamiento Deportivo.

  • Clínica Milenium. Córdoba. Privados, Sanitas, Mapfre, Caser. 957414162.
  • Clínica Parejo y Cañero. Puente Genil. Privados, Sanitas, Adeslas, DKV, Caser, Mapfre, Asisa. Para otras compañias, consultar. 957602026.
  • Instituto Médico Palmeño. Privados, Sanitas, Adeslas, Asisa, Divina Pastora, Caser. Para otras compañías, consultar. 957053353

¿Quién soy?

Mi nombre es Maria Jose Pozo Garcia. Interesada por ayudar a los demás, y con un gran interés por la salud y el deporte, realice mis estudios de Medicina en la Universidad de Sevilla, vinculada al Hospital Universitario Virgen Macarena.


Posteriormente, y tras una ardua preparación del examen MIR, pude alcanzar mi sueño: formarme como Médico Especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología, en el Hospital Juan Ramón Jiménez de Huelva. Fueron 5 años apasionantes, de duro esfuerzo, madrugones, nervios y también hermosas recompensas, como los agradecimientos de pacientes y familiares, la amistad de mis compañeros y la sensación de crecer profesionalmente día a día. También fueron tiempos de conocer el mundo, para traer a mi medio, la ciencia que pudiera aprender fuera, y por eso pasé meses viviendo en París para aprender de cirugía del pie, y otra larga temporada en Madrid, junto al Dr González del Pino, referente internacional en cirugía de la mano, y con quien pase 18 horas diarias trabajando para mejorar tanto en mis conocimientos como en mi dominio técnico de esta cirugía.

Estuve un año trabajando en aquel hospital, siendo ya especialista, pero pronto nacieron en mí nuevas inquietudes. Apasionada por el deporte y por la prevención y tratamiento de las lesiones relacionadas con él, me hice Experta universitaria en Entrenamiento Deportivo. Empecé a trabajar en el mundo de la traumatología laboral, donde trabajé codo con codo con rehabilitadores y fisioterapeutas, y donde la recuperación temprana y sin secuelas de los pacientes, fue siempre una prioridad.

El deporte es mi pasión, y aspiro a mejorar cada día, superando las dificultades y los altibajos. Entre otras aficiones, me gusta correr, y estoy muy familiarizada con los obstáculos que los corredores encontramos a lo largo de nuestra vida deportiva. Especialmente sensible con los deportistas y sus necesidades, mis inquietudes se centran en la rehabilitación, la cirugía reconstructiva, la biomecánica y la readaptación de lesiones. 

En continua formación, estudiando acerca de valoración funcional en el ciclismo con la ayuda de la Federación Española de Medicina Deportiva, adicta a las revistas científicas relacionadas con mi campo, e interesándome en todo lo que se publica sobre nutrigenética, terapia biológica y return to sport.


Si tiene alguna consulta, puede solicitar cita en cualquiera de los centros en los que presto mis servicios:
  • Clínica Milenium. Córdoba. Privados, Sanitas, Mapfre, Caser. 957414162.
  • Clínica Parejo y Cañero. Puente Genil. Privados, Sanitas, Adeslas, DKV, Caser, Mapfre, Asisa. Para otras compañias, consultar. 957602026.
  • Instituto Médico Palmeño. Privados, Sanitas, Adeslas, Asisa, Divina Pastora, Caser. Para otras compañías, consultar. 957053353