miércoles, 1 de junio de 2016

DOLOR ARTICULAR Y ÁCIDO HIALURÓNICO






No debemos despreciar el dolor.





El dolor articular es una importante causa de incapacidad y deterioro de la calidad de vida actualmente en nuestra sociedad.


El ritmo de trabajo, el sobrepeso, el aumento de las exigencias en la práctica deportiva amateur y la prolongación de la esperanza de vida han motivado que tanto jóvenes como adultos y ancianos vean limitadas sus actividades diarias por el DOLOR ARTICULAR.


Con frecuencia, las personas que padecen dolor crónico son menos valoradas a nivel social, son víctimas de la incompresión por parte de las personas de su entorno, o se desprecia su sufrimiento a nivel institucional.



¿Por qué me duele?



El dolor es consecuencia de múltiples reacciones químicas que tienen lugar en nuestro organismo como respuesta a una lesión o un daño crónico en los tejidos. La vivencia e intensidad del mismo es personal, y depende de factores múltiples como la herencia, la psicología y factores externos.



Las causas de dolor articular son múltiples y es necesario realizar una entrevista y exploración médica previas, así como algunas pruebas complementarias antes de llegar a un diagnóstico médico fiable.


Una vez establecida la causa, es posible que su traumatólogo le recomiende realizar infiltraciones con Ácido Hialurónico.


¿Qué es y cómo funciona el ácido hialurónico?



El Ácido Hialurónico es una sustancia de textura viscosa naturalmente presente en determinados tejidos de nuestro organismo, y juega un papel importante en el mantenimiento del equilibrio y la salud articulares. En un hombre medio de 70 kilogramos de peso puede haber una cantidad total de 15 gramos de ácido hialurónico en su cuerpo, y un tercio de éste se degrada y sintetiza cada día.

Huesos y cartílagos
Esta sustancia transparente se encuentra en todos los huesos y cartílagos humanos. El Acido Hialurónico se encuentra en diversos cartílagos pero en especial en el cartílago hialino, que cubre los extremos articulares. Esto provoca un efecto amortiguación que protege al hueso de los impactos.



Ácido hialurónico en articulaciones
Nuestros codos y rodillas están rodeados por el líquido sinovial que forma una especie de líquido espeso y gelatinoso que funciona como fluido engrasante y protector. Este líquido es viscoso y amortigua los impactos y la fricción entre los huesos. Cuando el líquido sinovial no está en buenas condiciones las articulaciones producen gran dolor al intentar hacer incluso pequeños movimientos. Además de fomentar la movilidad, otra de las propiedades beneficiosas del ácido hialurónico en articulaciones y cartílagos es la de eliminar los desechos de la cápsula articular.


Su condición de lubricante natural de las articulaciones, hace que actúe en la prevención de la rotura de cartílagos y sobrecargas articulares. 


Tendones, ligamentos, tejido conectivo
Los tejidos conjuntivos conectan una gran cantidad de partes del cuerpo. Sus principales funciones son apoyo, protección y aislamiento. Las estructuras conectan el músculo al hueso (tendones y ligamentos). En el tejido conectivo hay tres elementos estructurales: hialurónico, colágeno y elastina (fibras elásticas) y un tipo de células específicas. Teniendo en cuenta que los tejidos conectivos componen gran parte del cuerpo humano, los beneficios en tendones y ligamentos son amortiguación, soporte y tensión de los tejidos conectivos. Todo es posible gracias a sus propiedades gelatinosas



Tratamiento con Ácido Hialurónico.



El ácido hialurónico se usa mundialmente con evidencia científica para el tratamiento de los síntomas de la artrosis, las lesiones cartilaginosas y para acelerar la recuperación de esguinces.



El ácido hialurónico inyectable permite el movimiento sin fricción y actúa como colchón ante los impactos. Es por esto que cuando hay una deficiencia en el líquido sinovial aparecen molestias y dolores en las articulaciones.

Ayuda en la prevención de la artritis y otras dolencias proporcionando un reconstituyente de los cartílagos. En cambio, en los casos donde ya ha hecho aparición la enfermedad y las articulaciones están dañadas puede ser empleado mediante infiltraciones para subsanar y aliviar los síntomas dolorosos durante largos períodos de tiempo.


Las pautas de tratamiento deberán ser marcadas por su traumatólogo, según su caso, pero en general, suelen realizarse 1 infiltración en la articulación afecta cada 6 meses.


Los efectos secundarios duran tan sólo 2-3 días, y no aparecen en todos los casos. Se trata de leves molestias de tipo inflamatorio, sensación de rigidez y sensibilidad en el lugar de la inyección. Puede usted tratarlo con frío o la toma de antiinflamatorios durante 48h. Dado que cualquier acto médico invasivo no está exento de posibles complicaciones, usted debe asegurarse de que la realización del mismo es llevada a cabo por profesionales acreditados para ello: diríjase a su Traumatólogo.


Para más información, no dude en ponerse en contacto con nosotros:



Dra María José Pozo García.
Médico Especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología.


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  • Clínica Milenium. Córdoba. Privados, Sanitas, Mapfre, Caser. 957414162.
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